domingo, 2 de octubre de 2011

MORATÍN O EL ESPANTO




Fue testigo de los sucesos acaecidos durante la Revolución. Escribió en su diario: "Tullerías, matanzas de los suizos; yo, espantado. Por la calle y ronda de San Antonio, cabezas en lanzas: espanto". Vio el traslado del Rey al Temple junto a toda la familia real. De allí saldría al cadalso Luis XVI. Añade: "Domingo. A las Tullerías: vi las habitaciones saqueadas; las estatuas del Luis XIV y Luis XV derruidas". Espanto y más espanto: eso decía, y era sincero. La vida puesta en almoneda y la sacralidad de los reyes destruida y arrastrada, simbólicamente y en el terrible trago de la guillotina. No era eso lo que había querido Moratín. Ilustrado, criatura, al fin y al cabo, del mundo que veía desaparecer.