martes, 21 de febrero de 2012

EL REGENERACIONISTA Y EL TREN

Lucas Mallada en Los males de la patria (1890) describe los grandes defectos de los ferrocarriles de la España de su tiempo. Da noticia de robos en maletas y baúles, de imperdonables retrasos, de la escasa limpieza de los coches, de la descortesía y la soberbia de los empleados, de las malas fondas y la frecuencia de los descarrilamientos, sin olvidar "la tosca educación, el quijotismo exagerado o las cándidas impertinencias e muchos compañeros de viaje".
            A todo esto añade una particular observación: "No hay país en el orbe donde los viajes en ferrocarril sean tan bulliciosos y divertidos, y donde más se señalen las faltas de educación y de sentido común de gran parte de los indígenas, y esto sin contar si salen al encuentro del tren cuadrillas de salvajes que lo apedrean, o que celebran su paso con muecas y ademanes de marcada deshonestidad y grosería".

14 comentarios:

  1. Madre mía, qué panorama tan desolador. Bueno, menos mal que por lo menos los viajes eran divertidos! Siempre y cuando no te alcanzara una pedrada, claro está.

    Feliz tarde

    Bisous

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  2. Iban muy sucios, por eso les llamaban "cerdocarriles".
    El chiste no es mío sino de aquella pareja de humoristas que se llamaba Tip y Coll.
    Mi difunto abuelo, que tenía mucho dinero, pero era de pueblo, sencillo y campechano, decía que a él le gustaba viajar en "tercera", porque allí no iban los señoritos estirados, sino gente que sacaba la tartera, el chorizo y la bota de vino y la pasaban entre los que compartían el compartimento.
    Un saludo.

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  3. Debía ser toda una aventura viajar en tren en aquella España decimonónica llena de bandoleros y sumida en el retraso...en fin, al menos se divertían como dice la cita.

    Un regio saludo.

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  4. Como usted bien dice, desoladora era la imagen que los regeneracionistas daban de los males de España.

    Saludos Dame Masquée.

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  5. Esa era la España profunda don Cayetano. Tanto como la de los conventos y los castillos.

    Mis saludos.

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  6. Lo que yo no sé, Carolus Rex, es si lo de divertido lo decía Lucas Mallada con triste ironía.

    Saludos.

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  7. Y encima salías perdido por los efectos de la carbonilla. Los viajes eran interminables e incómodos. Sólo hay que ir al Museo del Ferrocarril de la Estación de Delicias de Madrid y ver un vagón con los asientos enteramente fabricados en madera para darse cuenta.
    Saludos

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  8. Y, a pesar de todo, discutían si sería bueno para la salud la velocidad que alcanzaban aquellos trenes.

    Saludos doña Carmen.

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  9. Tenía tantos males aquella España de finales de siglo. Recuerde cómo se perdía Filipinas, mientras la nación, ajena al desastre de Cavite, asistía a los toros. Un saludo.

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  10. Viajes moviditos, por lo que leo, en los que no había tiempo para aburrirse...

    Un saludo!!

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  11. Con este panorama como para decirle a los familiares que vinieran en tren.
    Un saludo.

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  12. A veces, señor de laTerraza, no puedo evitar tener ciertas dudas sobre la veracidad de las descripciones de los del 98, no por considerarlos hombres de mala fe sino por su tendencia a la exageración de los males de España. Es una tendencia todavía muy frecuente.
    Saludos.

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  13. Imagínese aguantando en el viaje todas estas penalidades y a las turbas de gañanes lanzando cantazos.
    Saludos doña GC.

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