lunes, 28 de mayo de 2012

LAS HAMBRES DE 1868


Malos tiempos: "Estábamos a fines del Otoño del año de la gloriosa, o sea de 1868. La cosecha de cereales había sido escasísima, casi nula. Las clases proletarias, los trabajadores del campo andaban a la cuarta pregunta, y en el no distante pueblo de Mancha Real, empezaba a dibujarse el hambre, entre las gentes desvalidas. A diario salían muchos infelices al campo, esperando encontrar en él algo que sirviera para aplacar, ya que no para satisfacer su grande necesidad. Solían no hallar ni un mal espárrago en la tierra seca y estéril. Los pobres, perdida aquélla su única esperanza, mendigaban un pedazo de pan de cortijo en cortijo".

Así lo recordaba Sebastián, veterano del Arma de Artillería y guarda del cortijo de Peñaflor en la tierra de Jaén, y así lo contó a don Manuel Moreno Castelló. Los años de 1867 y 1868 fueron de sequía. Entre el otoño de 1867 y la primavera del siguiente año hubo rogativas, en ciudades y pueblos, para que Dios tuviese a bien enviar las necesarias lluvias. Las penalidades que pasaban los pobres fuero terribles, por ahí, desamparados por los campos, sin socorro ni esperanza. Durante mucho tiempo 1868 pesó más en el recuerdo por las hambres que por el destierro de la Reina.


El testimonio del veterano en: José Moreno Castelló, Mi cuarto a espadas, sobre asuntos de caza. Apuntes, recuerdos y narraciones de un aficionado. Jaén 1898.



9 comentarios:

  1. Quizá una mirada a la vida antigua nos haga entender que las crisis son algo con lo que el hombre a convivido siempre... y que en aquellos tiempos, cuando la sequía significaba que no había pan, cuando el pan no era solo un símbolo, la dureza del hambre era cosa de ser recordada. Más que el destierro de la Reina. Claro.

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  2. Si echamos la vista atrás comprobamos que situaciones de crisis no son nuevas, que sequías ha habido y habrá y antes que no había servicios sociales las gentes morían de hambre y comían todo lo que encontraban.
    Escalofriante el testimonio que he leído en el enlace sobre la pobreza.
    La historia, en muchos casos, se repite.
    Un saludo.

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  3. Revolucionarios tiempos aquellos y malos en cuanto a pan que llevarse a la boca. En Béjar la revolución alcanzó la categoría de mito. Intentaré explicarla un día en el blog.
    Saludos

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  4. Es muy acertada su reflexión. Vivían en la pobreza normalmente. Lo que nosotros llamamos crisis habría sido para ellos, los de hace no tantos años, un mundo de abundancia.

    Mis saludos doña Olga.

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  5. Espero con enorme interés su escrito. Tengo además pensado escribir alguna entrada sobre los Bejarano de los Pedroches.

    Mis saludos doña Carmen.

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  6. Antiguamente lo normal era ser pobre. Y en los años de penuria el panorama se tornaba mucho más sombrío.

    Mis saludos señor de Valverde.

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  7. Tiempos de jamases, en los que el pueblo llano es el que parece condenado a no lograr jamás dejar penuria y hambre en los malos momentos. En seis años aquellos jamases serían humo, mientras la pobleza y el atraso se hacían crónicos. Un saludo.

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  8. Historia del hambre, D. Retablo, o del hombre, es igual. Y no tan lejos en el tiempo. Claro que hay hambres y hambres. ¿Se acuerda Vd. de cuando las despensas se cerraban, y la llave la tenía la madre, y no se abría esa despensa salvo por ella? Lo de abrir la nevera o la despensa y coger lo que quieras es reciente. Y no solo por el electrodoméstico, por el hábito.

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  9. Los pasillos de un supermercado producirían asombro. Por la abundancia. Además tiene usted toda la razón en sus apreciaciones. Frente a lo que mucha gente piensa, en términos relativos,el precio de los alimentos era mucho más alto que actualmente.

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