domingo, 2 de febrero de 2014

MENESTRA DE GALEOTES

En el siglo XVI las menestras finas se preparaban con arroz y garbanzos.  Las ordinarias, en cambio, con habas, judías, lentejas o guisantes.  Los garbanzos eran muy apreciados en la España de los Austrias y hasta san Juan de la Cruz les tenía afición. A los galeotes se les llenaba la gaveta -una jarra troncocónica de madera- con una ración de calderada de habas secas, peladas y cocidas con un poco de aceite. Después a penar y a remar. Las habas verdes eran objeto de cierta prevención pues se consideraban muy perjudiciales para la salud. Incluso se llegó a pensar, no sin candidez, que causaban la peste. Ni el melón causaba tanto miedo. Esta desconfianza hacia las habas venía de los tiempos antiguos, de griegos y romanos. A los forzados se les daba también bizcocho, muy seco, duro como un peñón. Lo solían remojar con agua del mar para ablandarlo.

8 comentarios:

  1. Las habas me encantan, pero comerlas por obligación debe ser terrible. DE ahí vendrá el dicho de "en todas partes cuecen habas". Lo que los galeotes necesitaban eran unas buenas tajadas de carne de vez en cuando, no ese pienso todos los días.
    Un saludo.

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  2. Aquello si eran condenas, no como las de hoy. Duras condiciones: un mendrugo de pan o bizcocho duro bañado en agua salda.

    Un saludo

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  3. Algo tenían que llevarse a la boca y era tarea de la monarquía que estuviesen bien alimentados para bogar en sus reales galeras y cumplir sus años de condena.
    Un saludo

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  4. Estoy de acuerdo con la excelencia de las habas pero, como usted bien afirma, a la fuerza y encadena al banco de la galera debían de resultar infernales.
    Saludos cordiales.

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  5. No se andaban con paños calientes, Carolus Rex.

    Un cordial saludo.

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  6. Así iban tirando. Aunque tampoco les prepararían el rancho con mucho esmero.

    Saludos, doña Carmen.

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  7. Entre el rancho, el cansancio, las batallas...que pocos llegarían a completar la pena impuesta.

    Un cordial saludo.

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  8. Sólo excepcionalmente sobrevivían más de diez años. Marañón escribió unas documentadas páginas al respecto.

    Saludos, don Eduardo.

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