viernes, 22 de diciembre de 2017

PASTORES DE BELÉN Y DE CASTILLA



Don Manuel del Río, hermano de la Mesta, en su Vida pastoril (1828) afirmaba de manera rotunda: "los sorianos, que son mucho más antiguos en el pastoreo que los montañeses, gobiernan un rebaño en los caminos con sólo cuatro pastores, que denominan rabadán, zagal, ayudador y rapaz: este último es el que los trashumantes llaman zagal, nombre que viene desde la más remota antigüedad, como lo atestigua la misma Escritura cuando dice que los zagales y zagalas bailaron en el Nacimiento de Nuestro Redentor". Precisa, además, que “el zagal es el que cuida del hato de los pastores y de las yeguas”. 
Zagales, zagalas y zagalejos aparecían en los villancicos que se cantaban al llegar la Navidad en los siglos XVII y XVIII. Los que, sentados en los bancos de las iglesias, escuchaban estas composiciones no dejarían de relacionar a los venerables pastores de Belén con los que ellos conocían por haberlos visto guardar una punta de ganado en los ejidos y dehesas de sus concejos o pasar, al frente de imponentes rebaños, por las viejas cañadas y veredas. Los imaginarían en las majadas heladas, refugiados en los chozos, envueltos en las pellicas, atemorizados por la llamada del ángel, entre ladridos de mastines y careas, abrigados con zamarras , varas de fresno y avellano en mano, guarnecidos de morral, honda y cachicuernos. España era, entonces, un reino de pastores, cuando las lanas mesteñas llegaban desde los esquileos castellanos a los lejanos puertos del norte y las ovejas señoreaban los caminos de la Mesta. El pastoreo conformó, y así lo dejó escrito Ramón Carande, mucho de la mentalidad y de las inclinaciones de los españoles de siglos pasados.
Los villancicos de los siglos XVII y XVIII, escritos e interpretados en las Pascuas, aportan valiosos datos para conocer la España real de aquellos años. En la Navidad de 1666, en la Catedral de Granada, se hizo en un villancico una apología del campo y de las labranzas acorde con el pensamiento agrarista tan apreciado por aquellos años: “Labradores de estos campos / montañeses de Belén / que con el blanco pellico / adornays la candidez/ fieles agricultores/ a cuyo sudor fiel/ más que a la lluvia crece/ la agradecida mies”. En otro villancico, el portal de Belén es una “Casa de pan” –molino, tahona o pósito- y el Niño Jesús un molinero a lo divino. El mal dormir de los pastores se describe en el compuesto para La Encarnación en el Madrid de 1676: “Estaba la noche vestida de yelo / de paz el ganado/ de batalla el viento / unos pastorcillos/ dormían atentos/ porque no les robe/ cuidados el sueño”. La buena condición de las gentes del campo – creencia indiscutida para los que abominaban de la vida urbana y cortesana- se recogía en los escritos para la Catedral de Toledo, para las Pascuas de 1648, cuando la sencillez de los pastores fue premiada con el más alto honor: adorar a Cristo en el pesebre. La luz de la estrella de Oriente es confundida por otros pastores, según los villancicos interpretados en la Catedral de Jaén en 1753, con un incendio en el monte: “Pastores, zagales / al valle bajad/ ¿Quién ha echado lumbre/ sobre aquel portal/ a talar el monte/ la cumbre cortad […] el Cielo sobre la Tierra/ nevando luces está”. Regocijados por el nacimiento del Mesías, las zagalas hacían rancho y corro según otro villancico cantado en la Catedral de Sevilla en la Navidad de 1751. A veces los pastores cantaban seguidillas- acompañados de sonajas, tejuelas, rabeles y castañuelas- jugaban a las damas en un tablero confeccionado por san José o asistían a los jocosos diálogos del buey y la mula. De migas se habla en los villancicos de la Catedral de Toledo en 1656, de migas con torreznos en los de la Real Capilla de la Encarnación de Madrid. En otros, del pan y la cebolla de los duros labriegos, del turrón, las grageas –confitura muy menuda y delicada- los mazapanes, la miel y el chocolate. La España barroca era, al menos en esas fechas, como un nacimiento.

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*Publicado en diciembre de 2014 en Neupic.

6 comentarios:

  1. ¡Bendito Pan!. Magnífico artículo y hermoso estimado Señor Aponte. Feliz Navidad a todos.¡SOÑAR, SEÑOR, SOÑAR!. Saludos Cordiales. Teresa.

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    1. Mil gracias. Que pase también usted unos días gratos. Felices Pascuas, doña Teresa.

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  2. Muy interesante escrito sobre los pastores de castilla y sobre la referencia a la palabra de zagal, la cual desconocía por completo. Si desea puedes dar un vistazo en mi blog, el cual me estoy iniciando en este mundo y también realizo ciertas curiosidades relacionadas con la historia. un saludo

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    1. Me alegra que haya considerado de interés lo que he escrito. Paso a leer su blog.
      Mis saludos y mil gracias.

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  3. Bonito tema para la Navidad, de aquellos tiempos y de estos otros en los que Papá Noel y el consumismo arrasan las largas y arraigadas tradiciones de pastorcillos, belenes y zambombas.
    Un saludo

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